Para terminar noviembre y comenzar diciembre me sumergí en una experiencia que terminó siendo lo que denomino como una de las mejores clases de oratoria que he tenido en la vida (y eso que vengo recibiendo clases de oratoria desde que tengo 14 años).
No solo por la parte técnica y de conocimientos, que obviamente sí, pero no les hablaré de eso porque es muy extenso y no me corresponde, para quienes quieran saber más de esta sección simplemente les digo que tomen el taller con el profesor Carlos; sino que hoy les quiero contar de esos cinco días en los que me llevé tantas cosas maravillosas.
La manera en como Carlos (me tomo el permiso para tutearlo) nos fue guiando a través de esta experiencia, nos fue envolviendo en la oratoria, pero también en nuestra humanidad, en nuestras capacidades de crear no solo desde la voz y el sonido sino desde lo que somos, de eso que va con nosotros y que nadie más ve.
Aprendimos como aquellos que juegan, no sabíamos lo mucho que cada una de las técnicas iba adecuándose a nosotros y sin darnos cuenta terminamos siendo otros o al menos así lo viví yo.
Y es que, en un año tan complejo, en donde permanecer aislados y encerrados ha sido la regla, salir, interactuar y expresarme no solo fue necesario sino sanador; me atrevería a decir que ha sido una de las semanas donde más motivada me he sentido.
Siento que yo era como un arbolito triste al que alguien agarró, cuido de él, le puso luces, adornos, le dio amor y lo encendió y de esa forma el arbolito iluminó todo a su alrededor y se llenó de esa vibra navideña que tanto amo y que me hacía tanta falta.
Además, desde el día uno Carlos nos invitó a abrazar el error, y contrario a muchas clases que he recibido en donde te dicen que ocultes el error y lo minimices, por primera vez alguien me decía ¨abrázalo, hazlo parte de ti, aduéñate de él, conviértelo en un potenciador de tu discurso¨ y así, casi como si fuera magia me quité el morral más grande con el que cargaba hasta ese momento que era el de ¨ser perfecta y nunca equivocarme¨.
Y me olvidé de la Katherine que ha recibido millones de clases de oratoria y de locución, de la Katherine que es Comunicadora social y también de la que tiene el certificado de Locución de la UCV, me olvidé de todo y me permití ser la Katherine humana, que sigue aprendiendo; que cada día hace su mayor esfuerzo por mejorar en todos los sentidos; que se equivoca, hace una pausa, respira, se ríe y continua porque entiende que es humana y que la perfección no la atormentará más.
También me permití alejarme de esa posición en donde sientes que esto es materia vista y que tienes un 100 en ella, por el contrario, me dejé llevar, me entregué a aprender todo lo que podía de Carlos, a absorber todo lo que mis compañeros Maria Jose, Oscar y Corinna tenían para entregarme y al final fue maravilloso.
El resultado lo verán hoy, al menos el mío jejejeje, aunque muchachos si leen esto quiero que sepan que los comprometí a que nuestras charlas iban a salir en Ted Talks en Youtube. Además, este ejercicio también me enseñó lo poderoso que es hablar desde lo que está dentro, de lo que es propio, porque no hay manera de que sea falso, no hay forma que lo que cuentes y no lo sientas o lo vivas.
Yo podría seguir extendiéndome, explicándoles todo lo que implicó y aprendí del taller de Oratoria como experiencia creativa, pero estarían leyendo infinito, así que no me queda más que invitarlos a que lo experimente por ustedes mismos.
Y para cerrar, le doy las gracias por vez (ya perdí la cuenta) a el profesor Carlos Di Mas, a Oscar, Maria José y a Corinna (que tengo en mi mente su voz diciéndome: ¿te quedaste pegadas con las gracias no? Jajajaja) pero para mí la gratitud nunca está demás lo cual es otra lección que capaz comparta otro día.
PD: Y lo que aprendí de sacarme la mochila de la perfección lo estoy tratando de aplicar constantemente; por lo que sé que en este vídeo tengo errores ( que capaz solo vea yo o no); que tengo que seguir practicando y mejorando; que hasta me equivoqué escribiendo Bloopers lo cual me causa gracia; que el formato del vídeo no era el que quería pero que al final lo solté todo; me atreví, lo hice, lo muestro, me veo, acepto mis errores y sigo trabajando porque soy humana y eso es lo que nosotros hacemos.
Link para que vean el vídeo final (no pude subirlo acá porque el internet me lo hizo muy cuesta arriba):
Cuenta de Ig del profesor Carlos por si quieren saber más sobre sus próximos talleres:
- Los quiere, la editora aprendiz.
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