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  • fashionfindout101

Abrazar la vida a pedazos

Actualizado: 16 abr 2021


Fotografía: KDDF


Es el primer día de lluvia en pandemia y me pregunto, ¿cuántos más serán?


Veo por mi ventana el tiempo correr y cuestiono si veré todas las estaciones pasar desde mi cama

Lo que comenzó siendo un encierro obligatorio, terminó siendo una de las terapias más crudas que he tenido con mi mente.


Todos mis temores salieron a pasear por las calles baldías; mi incertidumbre sobre el futuro o sobre la vida se broncea a diario en las tejas vacías; mi apatía ya no es mi amiga, aunque por instantes se me acerca y me mima, por momentos me digo, ¡que jodida es la vida!


Ya no me pregunto más, porque si algo he aprendido de estos días es que somos un infinito de preguntas que nadie desea contestar, así que, ¿qué más da?


No sé si estoy preparada para toda una vida de encierro o si estoy lista para volver a tocar a alguien con normalidad.


Me he hundido y me he levantado en soledad. Ya no me consuela pensar que hay otros peor que yo, porque la miseria es algo muy personal, que se vive y se sufre en igual intensidad.


Pero al final me he de recordar, que de estos días algo diferente en mí ha de salir.


No sé si soy una flor que va a retoñar o una oruga que será mariposa, pero me gusta pensar que de aquí, en este espacio oscuro y frío he de sanar todas esas heridas que en compañía no paraban de sangrar.


Al final el encierro no ha sido tan malo como pensé; me he reconciliado con la idea de que aunque este es un panorama turbio y macabro, siempre necesité de este espacio, de tiempo para pensar y asentar.


Cuando esto terminé o cuando esto comience tomaré mis maletas, mis cosas, mi cuerpo y mi alma y me entregaré a buscar la felicidad, aunque nunca nadie me responda y aunque todas las estaciones pasen y sobre mí el cielo lloré, me entregaré, porque al final lo único que tengo claro es que no me he cedido lo suficiente a esa búsqueda.


Y así como la pandemia arruinó nuestros planes, yo he decidido estropear los de ella y los de todos aquellos que por vida han de pensar en las miserias de nuestra humanidad.


Yo me iré a correr en los campos, a tocar la tierra mojada, a bailar con la ropa pegada al cuerpo, a gritar de alegría, a escribir poesía, a cantar sinfonía, a escuchar las aves en el medio día, a tocar el sol en mis brazos y abrazar la vida a pedazos.


Al final de esta loca y absurda estadía, voy a salir a vivir mi vida.

Fotografía: KDDF

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